Una vez más el Ministerio de Educación anuncia la restricción del uso del celular en las instituciones educativas del país. En esta ocasión señalan: “que la restricción aplica al nivel de educación Básica, mientras en el nivel de Bachillerato el uso será permitido”. Desde la Unión Nacional de Educadores (UNE), manifestamos que la medida de prohibir el uso del celular al interior de las aulas es adecuada y coincide con investigaciones que determinan que el uso excesivo del celular por parte de los niños, niñas y jóvenes afecta al proceso de enseñanza y aprendizaje. La UNESCO, en su reporte “Tecnología en la educación: ¿una herramienta en los términos de quién?”, recomienda disminuir la prohibición de teléfonos inteligentes en las aulas, resaltando la importancia de las interacciones humanas en el proceso educativo.
Pero prohibir por decreto verbal no es suficiente es urgente una reglamentación adecuada que hasta el momento no existe y que debería ser analizada con la comunidad educativa y no solo desde los escritorios de MinEduc. Dicha normativa debe establecer normas para limitar cierta tecnología y para que esta apoye en momentos, pero sin sustituir a la pedagogía. A esto debemos sumar que el celular se ha constituido en un factor de riesgo tomando en cuenta los niveles de violencias e inseguridad que vive nuestro país. La prohibición de usar teléfonos celulares en las aulas debe también constituirse en una manera de generar disciplina sin violencia en los espacios educativos.
Emplazamos a la ministra de Educación a trabajar con menos improvisación y demagogia, pues como educadores nos preguntamos: ¿Cuáles son las bases pedagógicas, científicas, y técnicas para permitir el uso del celular en el bachillerato o es una decisión política para no perder el voto joven en medio de la segunda vuelta electoral? Realizamos esta reflexión ya que desde meses atrás se viene hablando de prohibir el uso del celular y hasta la fecha no existe una acción concreta, se vuelve a retomar el tema frente a los medios de comunicación justo en una coyuntura electoral y frente a adolescentes y jóvenes de 16 a 18 años de edad que deberán sufragar el 13 de abril.
Sin embargo, para que esta decisión acertada se concrete en los hechos y surta efecto positivo desde UNE volvemos a sugerir las siguientes propuestas que fueron entregadas mediante oficio 006-0F del 18 de febrero del 2025 a la ministra Alegría Crespo:
1. Establecer objetivos claros: cuáles son los propósitos y las potestades que tendrán los planteles educativos para empujar esta medida y las responsabilidades que deberán cumplir los padres de familia.
2. Capacitación y concienciación de autoridades educativas, docentes y familias: Esta medida es positiva, pero a la vez está generando varias dudas de las formas de comunicación entres padres de familias y estudiantes, sobre todo por los contextos de inseguridad, ahí la necesidad de no improvisar y generar procesos de capacitación y concienciación a tiempo y donde la comunidad educativa deje de ser vista como espectadora.
3. Equidad en el acceso: Nuestra decisión de apoyar esta medida no deja de lado que ante el desarrollo tecnológico que vive la humanidad, el uso de las tecnologías en los procesos pedagógicos se vuelve cada vez más necesario. El Estado debe asegurar acceso a dispositivos e internet, incluyendo opciones para aquellos que no cuentan con tecnología en casa. Así como se está prohibiendo el uso del celular en planteles sobre todo en el sector urbano, es necesario también señalar que en varios planteles rurales estos dispositivos ni siquiera existen y muchos menos otras tecnologías por lo cual es necesario hablar y adoptar medidas para enfrentar estas brechas digitales.
4. Seguridad: garantizar medidas para proteger en los hechos la seguridad física, así como de datos de estudiantes y docentes. Insistimos que mientras no existan barrios seguros, no habrá espacios educativos seguros y esto va más allá de prohibir el uso de celulares en las aulas.
5. Fortalecimiento de bibliotecas y de actividades extracurriculares: Varios países están adoptando este tipo de medidas. Pero a la vez están también adquiriendo más libros. Una realidad contraria a la nuestra, donde las bibliotecas de escuelas y colegios siguen siendo desmanteladas. Es necesario un plan con el respectivo financiamiento para recuperar las bibliotecas y su personal, así como las actividades extracurriculares (deportes, ajedrez, montañismo, oratoria, periodismo…) Estas medidas deben ir acompañadas por un segundo plan donde la prohibición del celular sea a la vez un desafío para apuntar a digitalizar las aulas con sentido humano y pedagógico.
6. Llamado urgente a la academia: La alfabetización digital es un proceso inmediato a desarrollar, esta debe ser entendida como la capacidad de las personas no solo en el saber usar la tecnología sino principalmente en las habilidades de análisis, búsqueda de la información y uso responsable. Solo así pasaremos de la prohibición al uso consciente y en esto las universidades deben desarrollar un aporte importante vinculando a todos los actores educativos y autoridades en procesos de alfabetización digital, nuestro llamado a emprender un proyecto de trabajo de manera conjunta e inmediata.